Detrás del telón todo se ve más fácil...

...pero cuando no te cubre ése trozo de tela, es diferente.

O al menos eso dicen porque yo voy al contrario del mundo, tras el telón los nervios me consumen, pero cuando salgo al escenario y todos me pueden ver me crezco y bailo mejor que cuando ensayo o, al menos eso dicen.

Como pez en el agua...

...o mejor dicho, como flamenca en una fiesta rociera.

Porque sí, porque también me gusta el flamenco, porque también lo bailo.
Porque parte de mi sangre es andaluza, aunque la otra parte esté muy mezclada.
¡Porque yo lo valgo!

Bienvenido/a a los escenarios...

... un reino del cual no desearás salir.

Ésas mariposas en el estómago antes de salir a actuar...
Ésos nervios en el camerino...
Ésas prisas para cambiarte...
Pero sobretodo ésa felicidad que te inunda al hacer lo que de verdad quieres...

Átate bien los zapatos, ¡es hora de actuar!

¡...y cinco, seis, siete, ocho!

Los nervios te invaden...
La música empieza a sonar...
Tus pies se mueven solos y tus manos les acompañan, tus caderas se mueven al son de la música y tu mente trabaja continuamente para indicarte el siguiente paso mientras de fondo cuentas los ochos.
La música se va apagando, te quedas clavada en tu sitio, cuentas hasta cinco y saludas, el público estalla en aplausos y te retiras tras el telón con una sonrisa que solo se puede conseguir tras duro trabajo pero que, al fin y al cabo, merece la pena esa sensación indescriptible.